Santa Águeda, virgen y mártir
Memoria
De belleza extraordinaria y Padeció
el martirio en Catania (Sicilia), probablemente en la persecución de Decio
[249-251]. Desde la antigüedad su culto se extendió por toda la Iglesia y su
nombre fue introducido en el Canon romano.
Perteneció a
una familia rica e ilustre, y que habiendo sido consagrada a Dios desde sus
primeros años, triunfó de los muchos asaltos a su pureza. Quinciano, un
dignatario consular pensó que podría llevar a cabo sus perversas intenciones
contra la santa a través del edicto del emperador contra los cristianos. Así,
Quinciano ordeno que la entregaran a una casa de mala fama donde la santa sufrió
asaltos y asechanzas contra su honra.
Luego de un
mes, Quinciano trató de asustarla con sus amenazas, pero ella se mantuvo como
una fiel sierva a Jesucristo. Molesto por su negativa, el cónsul mandó que
fuera azotada y llevada a prisión. Al día siguiente fue interrogada de nuevo
pero su firme adhesión a Cristo fue motivo de nuevas torturas y sufrimiento
para la santa, quien expiró pronunciando alabanzas para nuestro Señor.
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