Comportamiento
violento
Debido a las crecientes manifestaciones su aumento
en intensidad y frecuencia de la violencia en el mundo contemporáneo y a la
confusión sobre sus orígenes, numerosos estudios han sido los pronunciamientos
sobre las razones que la determinan.
Toda concepción de la violencia se base en una
concepción determinada del mundo y de la
vida, en una idea respecto de la existencia humana, su esencia, su ser en el
mundo y el concepto de destino y trascendencia. Existe una estrecha relación
entre la creencia de lo que es la violencia y la antropología filosófica, que
intenta aclarar la idea del hombre en relación al cosmos y al medio histórico y
social en el que le toca vivir. Por eso, la violencia ha sido entendida de
maneras muy diversas en cada época y lugar, según los distintos conceptos
filosóficos y antropológicos dominantes en cada época. De ahí que existen
tantas definiciones como conceptos del hombre existen.
No obstante la disparidad de las distintas
concepciones, podemos señalar en el fenómeno violento características
esenciales que se repiten más allá de las pautas culturales.
En divergencia con los antiguos dualismos de los
cuales aún hoy la ciencia está impregnada, la concepción de la violencia
(agresividad) como parte de la estructura del sujeto humano no está claramente
definido. De esta manera pierde posibilidad de abordar y mejorar una tendencia
ancestral y tan humana como el amor mismo y las investigaciones de los
comportamientos violentos, en especial los que ocurren dentro del seno de la
familia, quedan relegados al ámbito de la enfermedad mental –en los casos
graves- , o por lo común quedan en el silencio, en la negación, inconexos de
las demás conductas y del medio social. El problema de los individuos que están
implicados en violencia familiar puede ser caracterizado de la siguiente
manera:
a)
La
violencia familiar es una condición que pertenece al mundo humano: es parte de
la naturaleza del hombre. A partir del Psicoanálisis es cuando el hombre
comprende que forma parte de su naturaleza la llamada "pulsión de
muerte", pero mucho más tardíamente acepta que forma parte de su esencia,
la particular condición de agredir a la propia familia que hace paulatinamente
que sus relaciones se estructuren en un entramado singular que integra amores y
odios que pueden llevar a la muerte a sus miembros y en un círculo conductal
vicioso difícil de desarmar. Además, aún hoy muchas personas no comprenden que
paulatinamente se llega a una síntesis integrada entre los comportamientos
violentos que van en aumento y la intensidad de los mismos y que la transmisión
de estos comportamientos ejercen su influencia en las futuras generaciones y
que lejos de ser un factor superficial dentro de la sociedad, por el contrario,
cambia profundamente las condiciones de la misma.
b)
Su
condición de ser ejercida exclusivamente hacia los seres queridos –hijos,
ancianos, esposos y esposas, es decir aquellos que viven unidos por los lazos
del amor-, y que esta condición no es
secundaria ni aleatoria sino que integra la personalidad del individuo, hace
dificultoso su estudio y por consiguiente el abordaje terapéutico.
c)
Su
condición de ser "aceptada o soportada" por la sociedad, sólo por lo
cual el individuo que ejerce violencia familiar es mejor tolerado por la
sociedad que el que agrede, mata o roba a otros que no son de su misma familia,
crea un manto de protección hacia los violentos y hasta de justificación social
e impide también la disolución de estos comportamientos. (hay complicidad y
negación?)
d)
Su
condición de ser una conducta con larga tradición histórica tanto en Oriente
como en Occidente, reafirma la idea de que la violencia familiar es un producto
del comportamiento privado de las personas, negando que a mayor comportamiento
violento, los modelos que se transmiten harán que nuevos individuos sigan
ejerciendo violencia.
e)
El
medio familiar es un ámbito privado, del que provienen las enseñanzas y
estímulos para la formación de los hombres y ayuda a forjar sus cualidades
psicológicas.
f)
La
condición violenta no por ser negada desaparece: el conocimiento que se alcanza
de esta condición humana, está, a su vez, socialmente condicionado.
g)
El
hombre es el único animal que pudo modificar hábitos y adquirir nuevas formas
de comportamiento modificando así su propia naturaleza. Aunque la violencia
forme parte de su naturaleza, puede en cierta forma apartarse, independizarse
de ella.
h)
La
producción de nuevas formas de comportamientos familiares no violentos crea la
matriz fundamental de nuevas maneras de relacionarse con los demás.
Frecuentemente, esas razones invocadas trasuntan parte
de una misma intolerancia, -tal vez producto de la dificultad a la hora de hablar de un
sentimiento que nos cuesta reconocer que integra nuestro ser-, como si en la
intimidad del hombre se encontraran las causas de sentimiento de agresividad y
poder, inherentes a su propia naturaleza. La violencia es parte de la
naturaleza humana, ya que la agresividad es constitutiva y de ella deriva
innumerables posibilidades. Por medio de estas reacciones agresivas, el hombre
pudo enfrentarse a peligros, y estas reacciones agresivas constituyen
mecanismos de adaptación o instintos dirigidos a preservar la vida del
individuo y de la especie. En el hombre, muchas veces esta energía se mantiene
aún en ausencia de amenazas del medio ambiente. Muchas veces se convierte en un
objetivo en sí misma y su descarga crea un sentido de poder que a su vez
estimula el sentido de la destrucción. Hablamos del poder como fin en sí mismo.
Tal son algunas de las observaciones de Karl Lorenz, padre de la Etología
Comparada, basada en la observación y estudios de distintas especies animales,
incluido en hombre.
Nuestro propósito es detenernos a estudiar esta
actitud humana que nos aporta importantes conocimientos sobre los mecanismos
íntimos que mueven al sujeto humano a manifestarse en forma intolerante, y
llevan a miles de seres a la violencia, al sufrimiento y a la muerte.
Sabemos que Lorenz califica como vital al instinto
agresivo en varias especies animales, que sin embargo, han sido dotadas por la
naturaleza por condiciones que el hombre no posee por ejemplo ciertos
mecanismos de seguridad, esta falta de mecanismos de seguridad llevaron al
hombre a detener su agresividad natural mediante la razón, y ahí radica la
mayor dificultad de controlar un impulso tan poderoso como vital.
Consideramos que parte de la evolución del animal
humano se basó en los lazos de amor y de amistad. Por medio de esta evolución,
el hombre, ha controlado su agresividad natural hacia sus seres queridos –en la
mayoría de los casos- , pero resulta indispensable que logre que la hostilidad
con otros de diversa ideología decline a favor de una mejoría en las relaciones
con los otros.
Puede apreciarse de acuerdo con el resultado de
estos estudios hasta el presente, lo que en realidad se encuentra en la
intimidad del proceso es instinto agresivo.
Sin negar a la agresividad como un componente
ontológico del hombre, Freud opinaba que un comportamiento agresivo presupone
siempre un estado de frustración, y a la inversa, una frustración conduce siempre a alguna forma de agresión.
Veía él en la gratificación de los instintos de placer y muerte la fuente de la
energía psíquica que conduce a la violencia en todas sus manifestaciones, y
podía comprender de esta manera por qué, en determinadas circunstancias
culturales, la agresividad se manifestaba o expresaba con mayor intensidad.
Habíamos mencionado ya que el hombre es un animal y
comparte con el resto de los animales una naturaleza biológica que es su límite
y su estructura y también decimos que a la vez, el hombre en su naturaleza dual
es el único animal con cultura, cultura que lo recubre y a la vez es parte de
él mismo, que lo integra desde que nace y lo une a aquellos que le dieron vida.
El etólogo K. Lorenz, observó durante más de treinta
años a los animales en su medio natural y sus elaboraciones teóricas de los
comportamientos instintivos lo llevaron a considerar al hombre agresivo por
instinto e insta a buscar en la propensión innata hacia la violencia las
razones tanto de las agresiones individuales como de grupo. Dice lo
siguiente:
"La
sociedad humana está constituida de una manera semejante a la de las ratas,
porque de igual modo son sus componentes sociables y apacibles dentro de su
propia tribu, pero se conducen como verdaderos demonios con los congéneres que
no pertenecen a su bando ". 1
Para Lorenz, desde su posición etológica, el
comportamiento agresivo, es un instinto inmodificable por el aprendizaje.
Lorenz señala pautas para entender el comportamiento humano en tanto movido por
instintos, al igual que las demás especies animales. Y este comportamiento
agresivo, que asume ciertas funciones, por ejemplo de conservación en la
especie y está además dirigido contra el
congénere, permite la defensa de un territorio, asegura la selección por la
reproducción de los animales más fuertes y es un instinto eficaz para mantener
el orden y la jerarquía. Pero en todo el mundo solamente el ser humano –el
animal con cultura- llega a matar en
masa a sus congéneres, provoca o crea las condiciones necesarias para la
matanza colectiva de ciento de su misma especie. Estos desajustes no se
explican por ahora desde un punto de vista biológico.
Algunas
definiciones:
Es muy difícil poder precisar en una definición
escueta de lo que es la violencia familiar, tan complejo como lo es delimitar
su objeto de estudio. En un intento de definir a grandes rasgos el tema que nos
convoca, recurrimos a los aportes de otras disciplinas a saber: la sociología,
la biología.
La idea de violencia está vinculada a una actividad
de índole cultural, con fuertes aportes de orden biológico, que sólo se da en
el ser humano con peculiaridades que la distinguen de todo otro comportamiento
animal. El hombre no es un ser aislado en el universo. Su pertenencia al reino
animal, el bagaje de instintos y tendencias naturales no le son ajenas. Pero el
hombre es el único ser que vive en un mundo de cultura, en un mundo del
lenguaje. El hombre es el ser capaz de dar un fin determinado a su conducta y
de elevarlas y elevarse por encima de la simple satisfacción instintual, más
allá de sus necesidades biológicas, más allá del reino de las leyes de la
naturaleza. Por medio de esta condición de ser sujeto del lenguaje, el hombre
alcanza un orden que es de su exclusiva pertenencia.
Ahora bien, la violencia toma como punto de apoyo el
bagaje instintual, biológico perteneciente a todo ser de la especie humana, y
concluye muchas veces con la denigración de toda las conductas del sujeto que
la porta. La violencia como proceso biológico y también psicosocial humano,
representa el último tramo de la esfera de la naturaleza hasta el reino de los
valores supremos que es patrimonio del ser humano. La violencia está pues, directamente
relacionada con la actividad humana.
A grandes rasgos podemos definir a la violencia como
una fuerza brutal dirigida a un semejante con el simple propósito de someterlo.
Es una conducta impetuosa que se manifiesta en los actos concretos y violenta o
viola al otro. Un individuo ejerce violencia contra otro cuando actúa sobre la
otra persona –sin su consentimiento- o la obliga a actuar contra su voluntad y
para ello emplea la fuerza o la intimidación.
La violencia es la acción y efecto de violentar o de
violentarse aplicar medios violentos a cosas o personas para vencer su
resistencia.
La misma puede ser ejercida fundamentalmente bajo
dos formas a saber física o psíquica o ambas simultáneamente.
La violencia física se puede fácilmente objetivar,
por el contrario es muy difícil definir con claridad los límites de la
violencia psíquica y sus alcances dado que en la vida cotidiana hay presiones
las cuales algunas de ellas son inevitables en la organización de la vida, pero
dichas presiones que no son vividas como violentas por sujetos que no sufren la
violencia familiar, pueden llegar a ser vividas como agresiones por aquellos
que si sufren dicha problemática.
La agresividad , en cambio, vocablo derivado del
latín: AD Y GRADIOR, significa acometer, ir hacia algo o bien realizar un
movimiento activo contra otra persona.
El individuo agresivo -aggressus-, aquella persona que obra o tiende a obrar con
agresividad.
La agresión es aquel acto de acometer a alguno para
matarlo, herirlo o hacerle daño, es un acto contrario al derecho del otro.
De acuerdo con estas diferentes acepciones, la
violencia familiar, es o bien un proceso
que comanda el metabolismo primitivo y a la vez incorpora elementos externos que aporta el
sujeto, que edificarán su mundo, sus conductas; o en forma opuesta, es un
proceso que va de adentro hacia fuera, se expande, siembra sus semillas en toda
la sociedad, crea cada vez mayores hábitos y modifica el modo de respuesta a
los estímulos tanto externos como internos.
Concepto general de violencia familiar:
Conforme a lo expuesto, trataremos de dar un
concepto general de violencia familiar, dejando de lado los aspectos parciales
que han dado lugar a numerosas definiciones y descripciones acerca de este
fenómeno:
Decimos que la violencia familiar es un proceso
de formación y creación del sujeto
humano, realizado por la acción consciente del mismo y bajo la participación de
sus instintos y pulsiones, dirigidos a miembros cercanos y significativos de su
vida íntima, independiente del mundo al que pertenece, del medio social con el
que se relaciona, pero independiente de la censura o leyes que rigen en cada
momento de la historia.
Con esta definición dejamos establecida, por
consiguiente, la diferenciación entre la violencia en términos generales,
dirigida a cualquier ser humano y la violencia familiar propiamente dicha. Los
instinto, las pulsiones de vida y muerte, la agresividad como constitutiva del
ser humano, forman parte del proceso de formación del hombre. La violencia
familiar surge como consecuencia de una perturbada conexión del sujeto con sus
propias tendencias y con el mundo al que pertenece.
Esta violencia hacia integrantes de la propia
familia puede constituir en un verdadero sometimiento, en una coacción, en una
tortura impuesta, o bien en un hábito que le permite tener cierto sentido de
pertenencia, en un estímulo que facilite un explosivo y profundo sentir que le
lleva a creer en la ilusión de dominio total sobre el otro. Ahora bien, en el
primer caso, no podemos hablar de una posición simplemente de
"víctima", pues el sujeto sometido a estas prácticas de violencia no
llega a determinar su personalidad libre de dichas prácticas. Sólo en el último
caso existe una verdadera posición bien clara y establecida de pertenecer y
aceptar continuar con las respuestas violentas.
La definición que hemos presentado abarca el
fenómeno de la violencia familiar en su integridad: las denominadas
"víctimas" y los "victimarios" pertenecen a ella y respetan
sus leyes. Dentro de las numerosas definiciones de violencia familiar que se
han dado a través de las últimas décadas, podemos observar que algunas se
refieren en forma exclusiva al accionar de las personas que ejercen violencia.
Otras ponen énfasis en la patología que lleva a una persona a tener
comportamientos violentos. Otras ponen énfasis en la educación y en los hábitos
culturales. Muchos ponen el acento en las facultades y disposiciones biológicas
de la naturaleza humana. Las definiciones psicológicas en cambio, encierran la
idea de un proeso de autoformación que desequilibra las conductas del sujeto.
Otras definiciones, en cambio, toman en cuenta la
acción del medio social.
Pero es importante destacar que la violencia
familiar también encierra una forma particular de pacto, la lealtad y el sentimiento
amoroso. Por ello, nos proponemos desarrollar algunas pautas que consideramos
importantes para encontrar un camino y tal vez un por qué, en tan difícil su
abordaje terapéutico.
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