San Juan Pablo II, el Magno, en la
Carta apostólica «Novo
milenio ineunte» escribió:
«Este ideal de perfección no ha de ser malentendido, como si
implicase una especie de vida extraordinaria, practicable sólo por algunos
"genios" de la santidad. Los caminos de la santidad son múltiples y
adecuados a la vocación de cada uno. Doy gracias al Señor que me ha concedido
beatificar y canonizar durante estos años a tantos cristianos y, entre ellos, a
muchos laicos que se han santificado en las circunstancias más ordinarias de la
vida. Es el momento de proponer de nuevo a todos con convicción este “alto
grado” de la vida cristiana ordinaria».
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar en esta página.