Recordando a nuestros Santos
4 de MAYO
SANTOS FELIPE Y
SANTIAGO, APÓSTOLES
San
Felipe
Respondió
al llamado del Señor.
Estudiosos
afirman que San Felipe predicó el Evangelio en Frigia y murió en Hierápolis.
Papías,
obispo de este lugar, supo que a Felipe se le atribuía el milagro de la
resurrección de un muerto.
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Santiago, el menor
San Pablo afirma que una de las
apariciones de Jesús Resucitado fue a Santiago.
Este apóstol era sumamente
estimado.
San Pablo en la carta que
escribió a los Gálatas afirma: "Santiago es, junto con Juan y Pedro, una
de las columnas principales de la Iglesia". (Por todo esto se deduce que
era muy venerado entre los cristianos).
Hegesipo, historiador del siglo
II dice: "Santiago era llamado ‘El Santo’.
La gente estaba segura de que
nunca había cometido un pecado grave.
Jamás comía carne, ni tomaba
licores. Pasaba tanto tiempo arrodillado rezando en el templo, que al fin se
le hicieron callos en las rodillas.
Rezaba muchas horas adorando a
Dios y pidiendo perdón al Señor por los pecados del pueblo.
La gente lo llamaba: ‘El que
intercede por el pueblo’".
Muchísimos judíos creyeron en
Jesús, movidos por las palabras y el buen ejemplo de Santiago.
"Carta de Santiago". Es un mensaje hermoso y sumamente práctico.
Ojalá ninguno de nosotros deje de
leerla. Se encuentra al final de la Biblia.
Allí dice frases tan importantes
como estas: "Si alguien se imagina ser persona religiosa y no domina su
lengua, se equivoca y su religión es vana". "Oh ricos: si no
comparten con el pobre sus riquezas, prepárense a grandes castigos del cielo".
"Si alguno está triste, que rece. Si alguno se enferma, que llamen a los
presbíteros y lo unjan con aceite santo, y esa oración le aprovechará mucho
al enfermo" (de aquí sacó la Iglesia la costumbre de hacer la Unción de
los enfermos).
La frase más famosa de
la Carta de Santiago es esta: "La fe sin obras, está muerta".
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