sábado, 19 de marzo de 2016

Domingo de Ramos




Domingo de Ramos de la Pasión del Señor

Solemnidad  

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El Domingo de Ramos es el día que abre solemnemente la Semana Santa. 
Cuando llegaba a Jerusalén para celebrar la pascua, Jesús les pidió a sus discípulos traer un burrito y lo montó. 
Antes de entrar en Jerusalén, la gente tendía sus mantos por el camino y otros cortaban ramas de árboles alfombrando el paso, tal como acostumbraban saludar a los reyes. 
Los que iban delante y detrás de Jesús gritaban:
"¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!" 
Entró a la ciudad de Jerusalén, y mucha gente lo acompañaron y recibieron como a un rey con palmas y ramos gritándole “hosanna” que significa “Viva”. 
La gente de la ciudad preguntaba ¿quién es éste? y les respondían: “Es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea”. 
Esta fue su entrada triunfal. 
La muchedumbre que lo seguía estaba formada por hombres, mujeres y niños. Algunas de estas personas habían estado presentes en los milagros de Jesús y habían escuchado sus parábolas. Esto los llevó a alabarlo con palmas en las manos cuando entró en Jerusalén. 
Fueron muchos los que siguieron a Cristo en este momento de triunfo, pero fueron pocos los que lo acompañaron en su pasión y muerte.
Mientras esto sucedía, los sacerdotes judíos buscaban pretextos para meterlo en la cárcel, pues les dio miedo al ver cómo la gente lo amaba cada vez más y como lo habían aclamado al entrar a Jerusalén.

En este día el recuerdo de las Palmas y de la pasión, de la entrada de Jesús en Jerusalén, se entrecruzan con dos tradiciones litúrgicas que han dado origen a esta celebración:
-la alegre, multitudinaria, festiva liturgia de la iglesia madre de la ciudad santa, que se convierte en mimesis, imitación de los que Jesús hizo en Jerusalén, y
-la austera memoria - anamnesis - de la pasión que marcaba la liturgia de Roma.
Liturgia de Jerusalén y de Roma, juntas en nuestra celebración. 
Jesús, que entra como Rey pacífico, Mesías aclamado primero y condenado después, para cumplir en todo las profecías.
San Lucas no habla de olivos ni palmas, sino de gente que iba alfombrando el camino con sus vestidos, como se recibe a un Rey, gente que gritaba: "Bendito el que viene como Rey en nombre del Señor. Paz en el cielo y gloria en lo alto".
La liturgia de las palmas anticipa en este domingo, llamado pascua florida, el triunfo de la resurrección; mientras que la lectura de la Pasión nos invita a entrar conscientemente en la Semana Santa de la Pasión gloriosa y amorosa de Cristo el Señor.





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