«Jesús yace en el pesebre, pero lleva las riendas del
gobierno del mundo; toma el pecho, y alimenta a los ángeles; está envuelto en
pañales, y nos viste a nosotros de inmortalidad; está mamando, y lo adoran; no
halló lugar en la posada, y Él fabrica templos suyos en los corazones de los
creyentes. Para que se hiciera fuerte la debilidad, se hizo débil la
fortaleza... Así encendemos nuestra caridad para que lleguemos a su eternidad».
San Agustín
(Sermo190, 4: PL 38,1009).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar en esta página.