Las heridas
cotidianas
Historias cotidianas y lo que hacemos con ellas
Este blog surgió a partir de una simple
cuestión planteada tras uno de esos momentos categóricos que surgen de vez en
cuando. En ese peculiar momento me encontré atrapada en una historia que yo
misma estaba ayudando a escribir, incapaz de leer e intervenir en la
realidad con las herramientas terapéuticas que poseía. Contrariada por no poder
comprender la historia compartida, la época y el lugar que me tocó habitar, y
al mismo tiempo sorprendida ante tanta confusión propia y ajena, finalmente
decidí caminar despierta. Me atrevo a suponer que la primera reacción del
lector ha sido la de una seguidilla de sensaciones cuyos términos van desde el
rechazo, la descalificación, la identificación y/o el nivel de
curiosidad ante el lugar de “herida” en que queda nuestra existencia en el
mundo actual.
El creciente desánimo reinante como gran herramienta
esclavista social e individual del siglo veinte y
su implicancia subjetiva en hombres y mujeres de hoy, que están
mezclados en una relación disfuncional con los
otros, angustiante consigo misma y que tiene origen en su
historia. Este argumento nos propone instalar una pregunta: ¿Qué papel
desempeña la verdadera fe en las personas para superar el sufrimiento y el
desánimo tan generalizado en nuestros días?
Si bien para la Psicología el objeto de estudio son las
personas de nuestro tiempo, -en especial la de nuestra sociedad, dado que a
ellas atendemos y dirigimos nuestros conocimientos e
interrogantes-, y que están implicadas en
estas situaciones de desanimo, las cuales más allá de las estadísticas
son sujetos con una historia y vivencias que le son propias, nos apoyamos en la
vida de aquellos que pudieron superar las heridas y trascender más allá de todo
sufrimiento.
Nos proponemos en nuestros próximos artículos describir
algunos estudios estadísticos, pero éste no será fundamentalmente un
trabajo cuantificador sino una investigación orientada a sujetos que
con su personal historia transitan por esta problemática. Lo que nos
preocupa, es resaltar y estudiar minuciosamente las condiciones
científicas y sociales en general de nuestro tiempo en relación al
abordaje de la temática, sus orígenes y controversias; perfilar los
avatares de la familia actual; describir los sufrimientos y desafíos más
comunes que se presentan a fin del milenio y a principios del actual siglo
observados en la sociedad, y la oferta terapéutica actual; analizar las
posibles vicisitudes de la constitución subjetiva y espiritual; plantear
los problemas espirituales que nos aquejan, su abordaje terapéutico, el
problema de la queja constante, el estar “fuera de la espiritualidad” y el
problema de vivir en un estado de “falsa espiritualidad” o
“pseudo religiosidad que lleva a la misma consecuencia enfermiza.
Es claro que no hay error ni descuido, al utilizar la
palabra “herida”, según luego intentaré exponer a lo largo del texto; con todo,
nuestra ponencia nos obliga a un estricto recorrido por diversas disciplinas.
Pues bien, es mi convicción que remover y convocar en nuestra ayuda a las
distintas ciencias para tratar de trabajar tramos mayúsculos de nuestro trabajo
–aun sin procesar-, consiste en la obra fundamental de nuestro andar.
Nuestro recorrido podría calificarse de un enfoque
simplista de los problemas actuales, basado, como ya he anticipado, en la idea
de que nuestra vida es un collage y que los eventos y acontecimientos
que nos tocan vivir son simplemente una combinatoria azarosa Porque
independientemente de su calificación, lo espontáneo de su enfoque le recordará
al lector, que no hay error o descuido, según intentaré luego exponer, con todo
lo que nuestra práctica nos autoriza.
También me fue posible comprobar, por el constante trabajo
con las personas, que la fe es el concepto más eficaz para amortiguar el dolor
pero es también el más escaso. Pues, la delimitación del perímetro y el alcance
de las disciplinas como las psicoterapias convencionales y el
Psicoanálisis con todo su tramado conceptual hasta el momento ya desde Freud,
hasta los importantes avances de Lacan; no son equivalentes a la
resolución de la problemática de la desesperanza humana.
Tampoco aquellos chamanes modernos que fácilmente hablan de
“poderes superiores”, y son reticentes para su propio beneficio a toda intervención
de las ciencias, se encargan de descalificar a toda empresa terapéutica –sea de
la orientación que sea-, tildándola de impía, hereje u otros atributos que las
descalifican irremediablemente, en la medida en que tal terapia no admite la
ciega postura dogmática vacua y esclerosada, vacía de sentido que
presentan estos gurúes de la llamada nueva era. Dicho de otra forma
procuro en este blog, desarrollar cómo el desánimo se presenta en nuestra
sociedad como la gran herramienta social e individual esclavista del siglo
veinte y de principios de nuevo milenio, manifestándose en enfermedades,
desafíos supuestamente nuevos, que observamos asombrados en nuestra
sociedad actual y cómo respondemos ante tal desafío desde la oferta terapéutica
actual.
Bien, pero ¿qué es esto de incluir la fe? Para encarar su
dilucidación debemos recalar –a modo de punto de partida-, en algunas
puntuaciones forjadas por teólogos. A tal efecto, destacamos que la noción
es categorizada usualmente a la par de la conocida noción filosófica
y religiosa –noción reñida con otros discursos-, pero no por ello vamos a
descartar dicha noción ya que tratamos con sujetos que poseen una fe
a veces sólida flama y a veces tal fe es una simple chispa. Así, bajo
estos parámetros introducimos el concepto de la fe como indispensable para
abordar la temática del sufrimiento humano en los próximos capítulos.
La gran mayoría de las personas posee una pálida fe, una
mortecina llama que no ofrece eficacia para transformar el sufrir cotidiano.
Incluso muchos extinguieron esa flama por completo, y para
otros muchos nunca existió tal flama. En cambio para otra personas la fe
es el centro de la vida y muchos males físicos son superados en mejor grado que
en aquellas personas que no poseen fe alguna.
Es decir que la propuesta a desarrollar es que,
siempre al estar involucrado con el sufrimiento humano, involucra los conceptos
científicos y los religiosos otorgando, en tal sentido, un parámetro más eficaz
para acceder a tal problemática, no excluyendo un concepto tan milenario
y fundante como lo es el concepto de la fe, por cuanto permite
estipular relaciones entre clases pares –diversas disciplinas científicas-, y
otras que son excluyentes entre sí. Pero no lo son para la naturaleza humana.
Por ejemplo: sujetos creyentes en la fe; sujetos ateos, sujetos agnósticos;
pertenecen a categorías diferentes pero todas comparten el gran desafío de
sufrir y el modo de esclerosarse en el sufrimiento, de superarlo,
de sobrellevarlo, más no de evitarlo en la mayoría de los casos. Todos por
supuesto sujetos a un mismo tiempo a la muerte; aunque el modo de sobrellevar
dicho camino sea bien diferente. Más resulta que dichos caminantes en cuestión
es diversa, estas clases son exactamente iguales en lo tocante a la muerte,
recibiendo así el nombre de “mortales” más allá de toda ideología, credo o
posición social. A partir de esto, el posicionamiento de cada sujeto y su
elección, prácticamente lo hace responsable, en su conclusión, a la
hora de decidir qué hacer con su sufrimiento, la consideración de las
relaciones de éste, a las que torna responsable del hecho de que valiéndose de
su posicionamiento torna responsable de su sufrimiento a las circunstancias, a
la fatalidad, a la sociedad, al destino, al mal, a sí mismo, y rara vez se involucra responsablemente para
resolver por fin enfrentar el sufrimiento.
Si bien dijimos que los abordajes terapéuticos van
incluyendo novedosas intelecciones, dilucida nuevos fenómenos que aquejan
no solo al individuo sino a la sociedad toda y le otorga otro rango a lo que
antes era unívoco de modo consensual.
Así de esta manera, agrega, avanza, articula y puntúa de
una manera novedosa y directa –no sin rodeos-, con préstamos de disciplinas
conexas, con sorpresas y a veces hasta con sobresaltos y extravíos en el
camino. Si bien aclaramos, que, en lo pertinente a la obra de Freud y
de su obvio seguidor Lacan, destinamos varios encuentros en la relación
entre ambos autores destinado a conceptualizar la particular relación
teórica que de la obra freudiana hace el maestro francés. Luego, por
otra parte, nuestra propuesta, procura tomar o dicho de otro modo retomar la
cuestión distintiva entre psicología y psicoanálisis respecto de
la episteme médica. El punto neurálgico de la fe lo trataremos de
modo puntual en tanto éste señala su disyunción en primer lugar, a su actual
aceptación tanto por gran parte del saber médico como por parte del saber
científico en general, y, en lo que hace a su acepción moderna,
teniendo en cuenta a su exclusión de la episteme anteriormente
nombrada.
Más adelante, trataremos específicamente las problemas con un guiño a las teorías antes mencionadas y sin descuidar los aspectos espirituales que, con seguridad, el psicoanálisis rechazará desde todo punto de vista por no pertenecer a su campo de estudio –aunque éste campo se nutre de diversas disciplinas nos es muy difícil entender cómo descuida un campo tan antiguo y rico como el sentido de la fe que es patrimonio de millones de sujetos en el mundo, descalificándola sin remedio-, paulatinamente recurriremos a nociones e instrumentos teóricos caros y requeribles para el progreso de nuestras conceptualizaciones.
Como puede tener a consideración nuestro lector,
en este breve recorrido introductorio, nuestro propósito en el presente libro
se posiciona a una tesitura diferente a la del psicoanálisis en cuanto a que su
intención en lo tocante a la fe es la puesta en juego de ésta como tema en
extensión, no rechazar ni negar su existencia en miles de sujetos y su
influencia en el tema del sufrimiento humano.
La intención es entregar al lector los medios para
que pueda por sí mismo descubrir su sufrimiento y el nivel de su
propia flama para consumirlo.
Por una parte, nos moveremos en una perspectiva simplemente
psicológica, humana, prescindiendo de los presupuestos de la fe. Pero por otra
parte, ofreceremos una perspectiva una reflexión y perspectiva cristiana al
abordaje del sufrimiento humano.
Por último, una propuesta, -a mis amigos lectores-, a
quienes van dirigidas estas líneas, no sólo mi reconocimiento sino también una
reflexión:
“Los grandes héroes de la fe. La
fe
es la garantía de las cosas que
se esperan, la prueba de aquellas que no se ven.
Por ella recibieron testimonio
de admiración los antiguos. Por la fe conocemos que
el
mundo fue creado por la
palabra de Dios, de suerte que lo visible tiene una
causa invisible.
“Hebreos 11-1-2-3-
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