Asumir la
responsabilidad: V
El Salvador, el Señor de la historia, el único que
sabe de los sufrimientos.
Mucho se ha dicho sobre Él.
Pocas y vacías son nuestras palabras al querer
poder definirlo diciendo que es para los cristianos nuestro Señor y Salvador,
que se ha vuelto hacia nosotros para mirarnos desde miles de lugares siempre
con misericordia: sobre la roca dura del Gólgota que recogió gotas de su
preciosa sangre donde su cuerpo era una llaga cubierta de carmines rojos y, sin
embargo él miró con piedad y magnanimidad a sus captores, y perdonó a sus salvajes
conductas humanas que clavaron sus manos sobre el madero, que sembraron vientos
de guerras en los gritos de aquellos que se negaron a aceptar su denominación“INRI”:
Jesús, el Nazareno Rey de los Judíos; nos miró también desde el monte de las
Bienaventuranzas; puso palabras de bondad donde había odio y rencor. Pero
además abrió para la humanidad desde el sendero de la paz y camino que cambió
la historia humana, de su filosofía, de su modo de vida, de su pensamiento y
costumbres. Se es o no se es cristiano, pero no se está excluido del accionar
del Señor de la Historia, de Aquel que el Cuarto canto de Isaías describe
(Isaías, 53) es esa figura cautivadora es el justo sufriente, el portador de
todos los sufrimientos, de todas las llagas.
A) El concepto de sufrimiento para el cristianismo
Jesús cargó con todos los pecados del mundo. Dios,
Padre Eterno le entrego las palabras que proclamó aún a sabiendas del odio que
iba a ocasionar entre algunos de los hombres de su época.
La compleja maquinaria de los poderosos de aquellos
tiempos, con las intrigas, las mentiras y las provocaciones no se privaron de
tejer un manto de trampas, desquicios y provocaciones que envolvieron los
corazones de muchas personas.